La ciudad de las sombras

En 1923 Helena Lennox tiene diecisiete años y un solo deseo: sustituir las calles de Londres por una vida de aventuras y excavaciones en tierras lejanas. En consecuencia, cuando sus padres se marchan a la India para investigar la desaparición de unos arqueólogos, ella decide acompañarlos... unos días después y a escondidas.
Son muchas las leyendas que circulan en torno a la ciudad fantasma de Bhangarh, pero Helena nunca ha creído en las supersticiones. No obstante, el príncipe Arshad de Jaipur (sí, ese que odia a los ingleses) le insiste en que se equivoca: Bangarh está maldita y al anochecer, cuando el palacio real se tiñe de oscuridad, todo el que se adentra en sus muros desaparece sin dejar rastro.
En su recorrido por la exótica India de los años veinte, Helena se ve envuelta en una investigación en la que solo una verdad parece salir constantemente a la luz: nadie regresa de la ciudad de las sombras. 

Aunque no teníamos pensado hacernos con este libro, Ana, del blog Rubíes literarios, nos lo ha regalado por Navidad, así que no podíamos no leerlo, y se ha convertido en nuestra primera lectura del año. 

Es una historia de aventuras ambientada en la India de los años 20 que nos ha gustado bastante. No podemos considerar que el libro sea una maravilla, pero nos ha entretenido mucho y, además, traído buenos recuerdos, de alguna manera. Ya que se habla en varias ocasiones del festival de la luz indio (Diwali), y el Gran Gamusino tuvo la oportunidad de vivirlo en primera persona durante una temporada que estuvo trabajando allí.

En cuanto a los protagonistas... al principio, Helena nos ha parecido una niña mimada y consentida, aunque conforme vamos avanzando en la narración, entendemos mucho mejor por qué hace todo lo que hace, por qué es tan testaruda, y... también, que tiene a quién parecerse. 

En cuanto a Arshad... es un personaje un tanto peculiar que tenemos que ir conociendo poco a poco a lo largo de las páginas, ya que es un poco difícil de conocer de buenas a primeras. Pero merece la pena. 

Solo tenemos dos pegas en cuanto al libro: la primera, una escena hacia el final en la que interviene un ojo, y que a nosotros nos ha dado mucha grima (no podría haber sido la nariz?, no lo hubiéramos pasado tan mal). Y la segunda, aunque ya se lo he podido comentar a la autora por twitter, las fases que están escritas en hindi y traducidas al castellano, al parecer no tienen sentido ninguno. Tenemos algún que otro amigo indio, y nos han hecho el favor de ver las frases y dicen que no tienen sentido. Aún así, esto no entorpece para nada la lectura y solo lo comentamos como curiosidad.