Mi mundo en tus ojos

¿Qué ocurre cuando dos personas rotas se encuentran en el punto perfecto del camino? La vida de Summer se hizo pedazos cuando solo tenía cinco años. Sobrevivió al infierno, pero nadie le enseñó a vivir. Hasta que llegó a la universidad, conoció a un chico con los ojos color turquesa y... vio su mundo en ellos. Logan sabe, en cuanto conoce a Summer, que está tan destrozada como él. Y, entre música de los sesenta, charlas de madrugada, paseos en moto, nubes de golosina y tatuajes que cuentan la historia de una vida, se convierten en el pegamento de los añicos del otro. Hasta que el pasado es más fuerte que ellos. Sus vidas saltan por los aires... Y se rompen de nuevo. 

Cuando vimos la portada de este libro, junto con su título, nos llamó mucho la atención. Y teniendo en cuenta que este libro habla de personas rotas... pues aún más. Últimamente este tipo de historias nos están gustando mucho, así que hemos decidido darle una oportunidad.



Es una historia de las que atrapan, de esas que necesitas seguir leyendo para saber cuál es el desenlace de nuestros protagonistas. Aunque éste, no es lo más importante del libro, sino el camino que recorren para llegar hasta él.

En  ningún momento estamos desmereciendo el final, sino que nos ha parecido mucho más importante todo el desarrollo de la historia. En la primera parte conocemos a Summer desde que es pequeña, por lo que vivimos su evolución con ella, hasta la fecha en la que llega a la universidad y aprende... a vivir. En la segunda parte, conocemos a un Logan ya adulto, que se tiene que encontrar a sí mismo. Acaba de descubrir la verdad sobre su pasado, y los motivos que le llevaron a tener terrores nocturnos, y ahora le toca luchar contra todos sus demonios.

Tenemos que reconocer que es una historia dura, bonita y entrañable. Pero aunque nos ha gustado mucho, no nos ha llegado a tocar la fibra sensible. Quizá es por la narración (que no tiene nada de malo) o porque teníamos el interruptor de dicha fibra a desmano. Aún así, es una historia que merece ser leída.

Está tratada con mucho mimo, la autora sabía lo que se hacía cuando estaba construyendo esta trama. Además, es de esas historias que de alguna manera nos marcan, y nos empujan a seguir adelante.