Ayer, nosotros, hoy.

Scott está en el último año de instituto, pero su cabeza está muy lejos, en la facultad de Bellas Artes de Tennessee; quiere mirar hacia adelante, avanzar, huir de unos padres que siempre están discutiendo y cumplir su sueño de centrarse en su pasión por dibujar. A Max le hubiera encantado parar el tiempo el día que su padre se fue de casa. Desde entonces, vive bajo un cielo de estrellas falsas y sueños rotos. Su único refugio es la guitarra que siempre la acompaña. Scott y Max van a la misma clase, pero jamás han cruzado una sola palabra. Hasta que un trabajo de mitología griega los une irremediablemente. A veces basta con pensar que el amor no es para ti para que te acabe alcanzando... Sólo hay un problema: lo único que perdura es lo que hacemos, no lo que sentimos. 

Después de estar unos cuantos días sumidos en un bloqueo lector, nos hemos animado a leer el último libro de Carolina Casado. Por alguna razón nos daba la sensación de que nos iba a enganchar y ayudarnos a volver poco a poco a la lectura, y la verdad es que no nos hemos equivocado en absoluto.



En esta historia nos encontramos con dos personajes jóvenes en el último año de instituto, cada cual con su propio infierno en casa, que iremos conociendo poco a poco a lo largo de las páginas.

A lo largo de toda la trama vamos a empatizar muchísimo con los personajes, ya que Carolina es capaz de conectar con el lector, provocando que en algún momento incluso lloremos con Scott y Max.

Ayer, nosotros, hoy es una hisotria de superación sin igual, pero que por desgracia podría ser un caso completamente real, ya que como psicóloga, la autora trata problemas reales de personas reales llevados a la literatura y nos muestra cómo ser capaces de hacerles frente.

Es una historia que recomendamos a público tanto juvenil como adulto que tenga ganas de adentrarse en una historia dura, intensa y con un final increíble.