Asesina de reyes

 

 

 

 

 

El maestro de Elizabeth, el retorcido Blackwell, se ha coronado a sí mismo gracias al poder de su magia oscura. Ahora es el nuevo rey de Anglia. 

Elizabeth y sus aliados corren más peligro que nunca, y encima, el curandero por quien lo arriesgó todo ha cambiado mucho desde que le concedió el poder de regenerar su estigma. ¿Qué opciones de ganar le quedan si se enfrenta a la magia de Blackwell como una humana normal?

Después de haber leído Cazadora de brujas, era imperativo hacerse con su segunda parte, entre otras cosas porque le desenlace de la primera parte ha sido de infarto. 

En Asesina de reyes nos encontramos con la situación más o menos como la dejamos en la anterior entrega: Elizabeth tiene un bando nuevo en el que nunca esperó encontrarse y Blackwell es más peligroso que nunca. 

Como en la primera parte, nos ha gustado mucho a construcción y el desarrollo de los personajes, llegando algunos a sorprendernos muy gratamente a pesar de la opinión que teníamos de ellos. 

Uno de los aspectos que más nos ha gustado de esta bilogía es la importancia que les da a los personajes secundarios, convirtiendo a varios de ellos prácticamente en coprotagonistas. 

La ambientación no varía en cuanto a Cazadora de brujas, ya que sigue recreando la época de la caza de brujas de la Inglaterra medieval, época que la autora ha estudiado a fondo durante sus estancia en Londres. 

El desenlace nos ha gustado muchísimo, aunque hubo algún momento en el que nos ha hecho sufrir. Nos ha parecido un final muy bien trabajado y consecuente. 

En definitiva, Cazadora de brujas y Asesina de reyes conforman una bilogía que recomendamos a todos aquellos amantes de la fantasía ambientada en una época histórica real.