La conjura de los necios

 

 

 

El protagonista de esta novela es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana: Ignatius Reilly -una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y santo Tomás de Aquino perverso, reunidos en una sola persona-, que a los treinta años aún vive con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de "teología y geometría" como de "decencia y buen gusto"; un alegado desquiciado contra una sociedad desquiciada. Por una inesperada necesidad de dinero, se ve "catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea", fiebre a la que Ignatius añadirá unos cuantos grados más. 

Este libro ha llegado a nuestras manos gracias a la recomendación de una compañera de trabajo, y la verdad es que ha acertado mucho con la recomendación. Aunque es una historia un tanto rara para los tiempos que corren, debemos tener siempre en cuenta la época en la que se ambienta esta historia. 

Uno de los detalles que nos llamó la atención de la historia es bastante trágico. El autor, convencido de que su obra era muy buena, se suicidó después de que nadie quisiera publicarla. Su madre la publicó tras el fallecimiento del autor y se convirtió en la obra maestra que Toole creía que era. 

Aquí nos encontramos con Ignatius Reilly. Un joven de treinta años que vive con su madre sin dar un palo al agua, tiene que enfrentarse a la búsqueda de trabajo por culpa de un accidente. 

En este transcurso veremos la sociedad de Nueva Orleans en una época ya pasada y podremos disfrutar, con ciertos toques de sarcasmo de una crítica a las costumbres y las maneras de actuar de sus habitantes. 

Realmente es una historia que recomendamos, aunque sabemos que no es apta para todo el mundo debido a su temática y a la manera en la que está escrita.