Trilogía La guerra de la amapola
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Pero la trilogía La guerra de la amapola es la prueba de que a veces las reglas están para romperlas.
Si la primera parte de esta saga escrita por Kuang nos ha dejado con un
muy buen sabor de boca y con muchas ganas de seguir leyendo la saga, el final
de La república del dragón nos ha dejado con una necesidad (ya no ganas, sino
necesidad) de leer la tercera y última parte, ya que el final ha sido muy
apoteósico, han pasado bastantes cosas de las cuales aún no tenemos respuesta
y, sobre todo, la última frase pronunciada por uno de los protagonistas de la
historia nos ha quitado el aliento.
Os diríamos que hace tiempo que no nos pasa esto con una saga, pero
mentiríamos como bellacos. Este mismo año, estas sensaciones nos las ha
transmitido tanto la trilogía Nacidos de la Bruma era 1 como El archivo de las
tormentas. Y la verdad es que, aunque el Cosmere nos está gustando mucho, nos
ha agradado sobremanera encontrar esta misma necesidad o ansia de saber en otra
saga que no tiene nada que ver con el mundo escrito por Sanderson.
No sé si conocéis mucho la historia de La guerra de la amapola, pero
básicamente nos encontramos en una China ficticia hacia finales de la edad
media en la que la guerra civil y las ansias de poder priman por encima de
todo. Añadido a esto, nos encontramos con los chamanes (os invitamos a leer la
historia para que descubráis de qué tipo de chamanes estamos hablando) y una
guerra civil para sobrevivir en un mundo donde la tiranía es lo que prima.
Pero no todo es lo que parece. En esta trilogía nos vamos a dar cuenta
a fuego lento de que las apariencias engañan y que todo el mundo tiene algo que
ocultar, aunque les cueste reconocerlo.
Con estas líneas que estáis leyendo no queremos hacer una reseña de la
trilogía (si podemos la haremos cuando acabemos la tercera parte), sino
intentar explicaros lo que nos ha hecho sentir a lo largo de sus páginas,
aunque puede que sea un tanto complicado.
Recuerdo perfectamente que cuando acabé de leer la segunda parte,
sentía una taquicardia decente (tranquilos que en ningún momento he corrido
peligro) y una ansiedad insuperable. Pero esta ansiedad es de ese tipo de
ansiedad que los lectores disfrutamos mucho y que buscamos en (casi) todas las
historias que leemos.
Con esto, os queremos animara que si os gusta la fantasía épica, le
deis una oportunidad a la trilogía ya que, si la disfrutáis al menos la mitad
que nosotros, habréis pasado un buen rato leyéndola.
Por suerte, los que estemos al día con ella no tendremos que esperar
mucho para poder leer el desenlace, ya que según la página web de la editorial,
se publica el 2 de septiembre.
También tenemos que agradecer a esta trilogía que nos haya metido en el
cuerpo (aún más) ganas de leer El arte de la guerra de Sun Tzu que caerá antes
de finales de año aprovechando que ya lo tenemos en casa.
¿Nos contáis si os animáis a leerla?
Hola gracias por la reseña, recuerdo haber leí hace tiempo el arte de la guerra como parte de un trabajo de la escuela, y en lo personal te lo recomiendo, saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Sí, El arte de la guerra quiero leerlo antes de que acabe el año.
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